Uno
Son las 7 de la mañana. Menos mal que es viernes y hoy ya me quedo a dormir en la sociedad.
Entro a las 8 al instituto, así que no tengo mucho
tiempo, hace 5 minutos por lo menos que mi madre me está llamando para que vaya
a desayunar, pero la verdad es que la ignoro bastante por las mañanas.
Me incorporo de la cama, me destapo, y salgo en
dirección a la cocina todavía en pijama. No hace frio ni tampoco calor, estamos
a principios de primavera. Cuando llego a la cocina veo a mi madre ya vestida y
dispuesta a marcharse. Antes de salir de la cocina se para delante de mí.
-Por fin te has levantado. Vuelvo a la hora de
siempre, no llegues tarde a pintura, ¿sí?
-Nunca llego tarde, tranquila mami.
-Hasta la noche entonces.- Dice con una sonrisa, y
se marcha.
Le devuelvo la sonrisa.
Termino de desayunar en 10 minutos.
Me voy al baño. Me ducho rápidamente, al salir me
seco el pelo con el secador, de manera que me quede liso, normalmente lo tengo
bastante liso, pero como bufado, hueco. Mi cabello es castaño claro, casi rubio
oscuro, nada espectacular, en general no soy nada espectacular, ni muy alta ni
muy baja, ni gorda ni delgada, del montón supongo.
Al secarme todo el cabello me apresuro a vestirme,
no suelo parar mucha atención en lo que me pongo, camisetas de grupos de música
es lo que más me gusta llevar, pantalones tejanos y deportivas.
Hoy me decido por una camiseta de Ed Sheeran, unos tejanos grises y deportivas
negras.
Llaman al timbre, debe ser Jamie. Siempre me viene
a buscar. Me ahorro el camino al instituto a pie, no es que este muy lejos,
pero me gusta ir con él.
Me pongo la mochila, salgo de casa y bajo, vivo en
un piso bastante alto, pero yo estoy en el segundo, así que bajo por las
escaleras.
Jamie está abajo
esperándome. Me mira y me lanza una sonrisa de las suyas, a continuación yo le
sonrió también, aunque un poco tímidamente, tenemos confianza pero siempre me
pasa.
Salgo cerrando la puerta detrás de mí.
-¿Sabes qué? -Dice él con entusiasmo, apartándose
un mechón de la cara.
-¿Qué?
-Estoy pensado en pedirle salir a Caroline, la de
tu curso, es mona, ¿verdad?
-¿Supongo? - Que está diciendo, como le va a gustar
Caroline, es tan tonta, además como le puede gustar alguien, no lo asimilo, se
me suben un poco los colores, espero que no lo note.
-Parece simpática, además es rubia.-Dice remarcando
la palabra rubia.
Ignoro su último comentario, no habla en serio.
Tiene un Saab descapotable negro, abre con un botón
a distancia las puertas, entra. Yo siempre me pongo en el asiento del copiloto.
Arranca.
-Lo de Caroline era broma, que tonta eres.- Dice
levantando la mirada del volante buscando la mía.
- Ya sé que era broma, y no es mona.- Digo quizás
en un tono demasiado infantil.
El resto del trayecto estamos en silencio, pongo un
Cd, Night Visions de Imagine Dragons, a ambos nos encanta.
Sólo nos da tiempo a escuchar un par de canciones, el camino es corto. La
primera del Cd es Radiactive, me
recuerda vagamente a cuando estamos delante de un Radiactivo, y tenemos que usar nuestras espadas para combatirlo. No
son como las espadas normales; las nuestras son casi del tamaño de su dueño,
con un mango grueso que acostumbra a ser de plata pura, y la hoja originalmente
es plateada, de acero, pero cuando se fusiona con gemas se ilumina del color de
la gema, y es algo maravilloso, tendríais que verlo.
Llegamos al instituto, sale antes que yo y me abre
la puerta, es una costumbre que tiene. Salgo y cierra la puerta detrás de mí.
Mi secundaria no es muy grande, solo tiene una
planta, bastante extensa, pero solo una. Tenemos una piscina cerrada, es de uso
exclusivo para el club de natación. Un gimnasio enorme, una cafetería, una
biblioteca, lo normal.
Deben faltar unos 10 minutos escasos para las 8.
Stanley y Ethan están sentados en unos bancos que hay al lado de la entrada
principal, junto a más Armis, entre
ellos esta Annie. Me cae mal, es odiosa, la odio, enserio no entiendo cómo pudo
estar saliendo Jamie durante un año, es tan superficial, suelta veneno cada vez
que abre la boca, claro que cuando le interesa es una chica encantadora. Está
en la clase de Jamie, otra cosa que no me gusta nada. Creo que estuvieron
juntos porque ella le manipulaba haciéndole creer que era buena. Una persona
tan encantadora como Jamie es imposible que se sienta atraído por semejante
víbora. Pero hay que tener en cuenta que es preciosa. Tiene los cabellos negros
y largos, por la cintura más o menos, y completamente lisos, los ojos de color
ámbar brillante, es alta y está en bastante buena forma.
Jamie y yo nos acercamos hasta donde están ellos,
Annie ni me mira, va directamente a Jamie y comienza a hablarle, no oigo de qué,
tampoco me importa.
Me acerco donde Stanley, está leyendo lo que parece
un libro muy antiguo. Me siento sin hacer ruido a su lado, está muy concentrado
leyendo, le doy un beso en la mejilla, se gira de repente.
-Lea.- Dice con una sonrisa de oreja a oreja.
-¿Que estás leyendo? Parece interesante.
Entono con
cierto sarcasmo lo de “interesante”, en
realidad pienso lo contrario, nunca he sido mucho de leer cosas antiguas o
históricas, me gusta más la literatura juvenil fácil, cosas como Divergente o Cazadores de Sombras. Por alguna razón me siento identificada con Cazadores de Sombras, no sé, también son
raritos como yo, sólo que lo suyo es ficticio, lo mío no.
-Sé que no te parece nada interesante, aunque en
realidad si lo es, explica cosas sobre la luz
de estrellas, sus poderes curativos en caso de infectarte por un Radiactivo, o como pueden hacerte
rejuvenecer y cosas así.- Suelta de forma explicativa, como si se tratara de
una clase de ciencias sociales.
-Entiendo,
ya me lo explicarás con más detalle, vamos entrando, ¿no?
-Bien, entremos.
Los demás aún se quedan un rato más, todos van a
cursos superiores que nosotros. A primera hora tenemos matemáticas, soy muy
negada en mates, no solo en mates, en general no es que sea una alumna
ejemplar. Stanley acostumbra a sacar muy buena nota en todo, incluso en
educación física, yo solo soy buena en eso y optativa de carpintería, veo un
futuro brillante para mí sin duda.
Entramos a clase, estamos separados de uno en uno,
me siento al final de todo, así puedo desconectar un poco, Stanley al
principio, justo en medio.
El profesor esta sentado en su escritorio mucho
antes de que entremos. Poco a poco va entrando la gente. Justo cuando la clase
está a punto de comenzar entra una última persona.
-Tú debes de ser Alexander, pasa, siéntate donde
encuentres sitio.-Le dedica una breve sonrisa forzada y añade mirando a la
clase.- Chicos este es Alexander, llego hace poco desde Chicago, espero que le
ayudéis a que tenga una fácil adaptación en el centro.
Mientras el profesor Wedlick dice eso, Alexander
observa con atención la clase en busca de un asiento libre, la mayoría de
chicas cotillean y se ríen entre ellas, siempre hace eso cuando ven a un chico
guapo.
Parece que Alexander es mayor para este curso,
supongo que debería ir a segundo, 16
diría que tiene.
Veo que los únicos asientos libres están atrás, en
mi fila, ya que sólo estamos yo y otra chica. Alexander camina hacia el pupitre
de mi derecha y se sienta.
Que bien huele.
La clase pasa con normalidad, aunque me siento
observada, me giro un momento para comprobar si Alexander me está mirando, y
nada, él está atendiendo a la clase, cosa que yo no hago.
Se da cuenta de que le he mirado. Gira la cabeza y
me dedica una mirada, divertida, como retándome.
Giro rápidamente la cara.
El resto de la hora pasa rápida, no paro de
pensar en sus ojos, tan verdes. Su cara está perfectamente proporcionada, tiene
el pelo rojizo pero no zanahoria, es algo más color burdeos. Tiene todos los
rasgos de un Sagitario, aunque dudo
que lo sea.
No me lo consigo quitar de la cabeza, y cuando
suena el timbre es como si me despertara de un sueño profundo.
Me dirijo a la puerta sin mirarle, voy directa a
Stanley y salimos juntos a la siguiente clase.
El día escolar pasa como cualquiera.
Instintivamente evito sentarme al lado de Alexander en las clases, me da como
vergüenza.
Jamie me lleva a las clases de pintura después del
instituto.
Cuando
llegamos a la escuela me bajo del coche, y me despido de Jamie.
Justo cuando voy a salir por la puerta me gira
hacia él y…Me da el disco de Imagine
Dragons que he puesto esta mañana.
Salgo del coche para asistir a mis clases de
pintura.
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