Luz de estrellas soundtrack

viernes, 23 de agosto de 2013

Uno

Uno

Son las 7 de la mañana. Menos mal que es viernes y hoy ya me quedo a dormir en la sociedad.
Entro a las 8 al instituto, así que no tengo mucho tiempo, hace 5 minutos por lo menos que mi madre me está llamando para que vaya a desayunar, pero la verdad es que la ignoro bastante por las mañanas.

Me incorporo de la cama, me destapo, y salgo en dirección a la cocina todavía en pijama. No hace frio ni tampoco calor, estamos a principios de primavera. Cuando llego a la cocina veo a mi madre ya vestida y dispuesta a marcharse. Antes de salir de la cocina se para delante de mí.

-Por fin te has levantado. Vuelvo a la hora de siempre, no llegues tarde a pintura, ¿sí?

-Nunca llego tarde, tranquila mami.

-Hasta la noche entonces.- Dice con una sonrisa, y se marcha.

Le devuelvo la sonrisa.

Termino de desayunar en 10 minutos.

Me voy al baño. Me ducho rápidamente, al salir me seco el pelo con el secador, de manera que me quede liso, normalmente lo tengo bastante liso, pero como bufado, hueco. Mi cabello es castaño claro, casi rubio oscuro, nada espectacular, en general no soy nada espectacular, ni muy alta ni muy baja, ni gorda ni delgada, del montón supongo.

Al secarme todo el cabello me apresuro a vestirme, no suelo parar mucha atención en lo que me pongo, camisetas de grupos de música es lo que más me gusta llevar, pantalones tejanos y deportivas.
Hoy me decido por una camiseta de Ed Sheeran, unos tejanos grises y deportivas negras.

Llaman al timbre, debe ser Jamie. Siempre me viene a buscar. Me ahorro el camino al instituto a pie, no es que este muy lejos, pero me gusta ir con él.

Me pongo la mochila, salgo de casa y bajo, vivo en un piso bastante alto, pero yo estoy en el segundo, así que bajo por las escaleras.

 Jamie está abajo esperándome. Me mira y me lanza una sonrisa de las suyas, a continuación yo le sonrió también, aunque un poco tímidamente, tenemos confianza pero siempre me pasa.

Salgo cerrando la puerta detrás de mí.

-¿Sabes qué? -Dice él con entusiasmo, apartándose un mechón de la cara.

-¿Qué?

-Estoy pensado en pedirle salir a Caroline, la de tu curso, es mona, ¿verdad?

-¿Supongo? - Que está diciendo, como le va a gustar Caroline, es tan tonta, además como le puede gustar alguien, no lo asimilo, se me suben un poco los colores, espero que no lo note.

-Parece simpática, además es rubia.-Dice remarcando la palabra rubia.

Ignoro su último comentario, no habla en serio.

Tiene un Saab descapotable negro, abre con un botón a distancia las puertas, entra. Yo siempre me pongo en el asiento del copiloto.

Arranca.

-Lo de Caroline era broma, que tonta eres.- Dice levantando la mirada del volante buscando la mía.

- Ya sé que era broma, y no es mona.- Digo quizás en un tono demasiado infantil.

El resto del trayecto estamos en silencio, pongo un Cd, Night Visions de Imagine Dragons, a ambos nos encanta. Sólo nos da tiempo a escuchar un par de canciones, el camino es corto. La primera del Cd es Radiactive, me recuerda vagamente a cuando estamos delante de un Radiactivo, y tenemos que usar nuestras espadas para combatirlo. No son como las espadas normales; las nuestras son casi del tamaño de su dueño, con un mango grueso que acostumbra a ser de plata pura, y la hoja originalmente es plateada, de acero, pero cuando se fusiona con gemas se ilumina del color de la gema, y es algo maravilloso, tendríais que verlo.

Llegamos al instituto, sale antes que yo y me abre la puerta, es una costumbre que tiene. Salgo y cierra la puerta detrás de mí.

Mi secundaria no es muy grande, solo tiene una planta, bastante extensa, pero solo una. Tenemos una piscina cerrada, es de uso exclusivo para el club de natación. Un gimnasio enorme, una cafetería, una biblioteca, lo normal.

Deben faltar unos 10 minutos escasos para las 8. Stanley y Ethan están sentados en unos bancos que hay al lado de la entrada principal, junto a más Armis, entre ellos esta Annie. Me cae mal, es odiosa, la odio, enserio no entiendo cómo pudo estar saliendo Jamie durante un año, es tan superficial, suelta veneno cada vez que abre la boca, claro que cuando le interesa es una chica encantadora. Está en la clase de Jamie, otra cosa que no me gusta nada. Creo que estuvieron juntos porque ella le manipulaba haciéndole creer que era buena. Una persona tan encantadora como Jamie es imposible que se sienta atraído por semejante víbora. Pero hay que tener en cuenta que es preciosa. Tiene los cabellos negros y largos, por la cintura más o menos, y completamente lisos, los ojos de color ámbar brillante, es alta y está en bastante buena forma.

Jamie y yo nos acercamos hasta donde están ellos, Annie ni me mira, va directamente a Jamie y comienza a hablarle, no oigo de qué, tampoco me importa.

Me acerco donde Stanley, está leyendo lo que parece un libro muy antiguo. Me siento sin hacer ruido a su lado, está muy concentrado leyendo, le doy un beso en la mejilla, se gira de repente.

-Lea.- Dice con una sonrisa de oreja a oreja.

-¿Que estás leyendo? Parece interesante.

 Entono con cierto sarcasmo  lo de “interesante”, en realidad pienso lo contrario, nunca he sido mucho de leer cosas antiguas o históricas, me gusta más la literatura juvenil fácil, cosas como Divergente o Cazadores de Sombras. Por alguna razón me siento identificada con Cazadores de Sombras, no sé, también son raritos como yo, sólo que lo suyo es ficticio, lo mío no.

-Sé que no te parece nada interesante, aunque en realidad si lo es, explica cosas sobre la luz de estrellas, sus poderes curativos en caso de infectarte por un Radiactivo, o como pueden hacerte rejuvenecer y cosas así.- Suelta de forma explicativa, como si se tratara de una clase de ciencias sociales.  

-Entiendo, ya me lo explicarás con más detalle, vamos entrando, ¿no?

-Bien, entremos.

Los demás aún se quedan un rato más, todos van a cursos superiores que nosotros. A primera hora tenemos matemáticas, soy muy negada en mates, no solo en mates, en general no es que sea una alumna ejemplar. Stanley acostumbra a sacar muy buena nota en todo, incluso en educación física, yo solo soy buena en eso y optativa de carpintería, veo un futuro brillante para mí sin duda.

Entramos a clase, estamos separados de uno en uno, me siento al final de todo, así puedo desconectar un poco, Stanley al principio, justo en medio.

El profesor esta sentado en su escritorio mucho antes de que entremos. Poco a poco va entrando la gente. Justo cuando la clase está a punto de comenzar entra una última persona.

-Tú debes de ser Alexander, pasa, siéntate donde encuentres sitio.-Le dedica una breve sonrisa forzada y añade mirando a la clase.- Chicos este es Alexander, llego hace poco desde Chicago, espero que le ayudéis a que tenga una fácil adaptación en el centro.

Mientras el profesor Wedlick dice eso, Alexander observa con atención la clase en busca de un asiento libre, la mayoría de chicas cotillean y se ríen entre ellas, siempre hace eso cuando ven a un chico guapo.

Parece que Alexander es mayor para este curso, supongo que debería ir a segundo,  16 diría que tiene.

Veo que los únicos asientos libres están atrás, en mi fila, ya que sólo estamos yo y otra chica. Alexander camina hacia el pupitre de mi derecha y se sienta.

Que bien huele.

La clase pasa con normalidad, aunque me siento observada, me giro un momento para comprobar si Alexander me está mirando, y nada, él está atendiendo a la clase, cosa que yo no hago.

Se da cuenta de que le he mirado. Gira la cabeza y me dedica una mirada, divertida, como retándome. 

Giro rápidamente la cara.

El resto de la hora pasa rápida, no paro de pensar en sus ojos, tan verdes. Su cara está perfectamente proporcionada, tiene el pelo rojizo pero no zanahoria, es algo más color burdeos. Tiene todos los rasgos de un Sagitario, aunque dudo que lo sea.

No me lo consigo quitar de la cabeza, y cuando suena el timbre es como si me despertara de un sueño profundo.

Me dirijo a la puerta sin mirarle, voy directa a Stanley y salimos juntos a la siguiente clase.

El día escolar pasa como cualquiera. Instintivamente evito sentarme al lado de Alexander en las clases, me da como vergüenza. 

Jamie me lleva a las clases de pintura después del instituto.

Cuando llegamos a la escuela me bajo del coche, y me despido de Jamie.

Justo cuando voy a salir por la puerta me gira hacia él y…Me da el disco de Imagine Dragons que he puesto esta mañana.



Salgo del coche para asistir a mis clases de pintura.

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