Luz de estrellas soundtrack

jueves, 5 de septiembre de 2013

Tres

Tres

Lui explicó que Alexander venia de Chicago, y todo lo demás que ya sabía. Obviamente hoy en clase ya había sospechado que era un Sagitario, claro que lo había descartado por completo, pensaba que simplemente era un parecido físico, nada más. A diferencia de otras razas, los Sagitarios se distinguen a simple vista, pero así por las buenas no me iba a acercar a él y preguntarle si lo era, ya que si llega a ser un Hurzel me toma por una adicta a un juego de rol, de esos online donde tienes que elegir una clase de ser fantástico, e intentar llevarlo al máximo nivel posible para conseguir premios, armas nuevas y tener tu propio gremio con los mejores usuarios. Aunque eso no sería un pensamiento del todo desacertado, adoro esos juegos.

Después de presentar a nuestra nueva incorporación, Lui nos presentó a nosotros, comenzando por Jamie y acabando por mí. Alexander se mostró indiferente, ni siquiera dijo que iba a clase con Stanley o conmigo, se limitó a asentir y sonreír.

-Bueno, ahora que ya os conocéis entre vosotros, os explicaré lo que haréis exactamente mañana. 
Iréis a Starlight, lo que conlleva levantaros antes de que salga el sol para poder atravesar el portal poco después de los primeros rayos de este, si tardáis mucho sabéis que tendréis que esperar a la próxima salida del sol, y creo que ya será demasiado tarde. La misión no es fácil. Como siempre, llevareis lo necesario para poder acampar donde estéis cuando anochezca, no os olvidéis de cargar bien vuestras espadas, en tu caso Alexander el arco. El problema es el siguiente: hace aproximadamente tres horas, me han informado de la desaparición de Agata Light. Y he avisado de inmediato a Jamie para que os reúna y…-Antes de que acabe, Ethan lo interrumpe con un tono fuerte y alterado, demasiado alterado diría yo, Lui se sobresalta.

-¿No hablaras enserio? Por eso no nos has querido contar de qué se trataba esa urgencia. Veras, no somos profesionales, solo somos adolescentes. No eres consciente de la responsabilidad que quieres que asumámonos, es más, no buscamos niñas, buscamos tesoros. Y los que se la hayan llevado, querrán algo a cambio por ella, tenlo por seguro.

-Blein.-añade Lui casi con un susurro.

-¿Blein que?- exige Lea.

-Se la ha llevado Blein, eso es lo que quiero decir, y sabemos lo que quiere a cambio, lo sabéis todos.

De repente se crea silencio absoluto en la sala, parece que a Stanley comienza a costarle respirar. Jamie no reacciona de ninguna manera, él ya estaba informado. Sinceramente, yo no sé cómo reaccionar, creía que Blein estaba desterrado en la ciudad de los Brujos sin destino, donde van los brujos que han cometido delitos sin perdón, condenándoles a cadena perpetua, se llama “ciudad” aunque en realidad no es más que una cárcel llena de brujos corruptos. Blein estaba allí porque intento asesinar a toda la familia Light -para hacerse con el control de Starlight- mediante un hechizo que supuestamente los unía a todos,  luego solo le haría falta matar a uno para acabar con el conjunto. Se decidió por matar al miembro más joven, el mas vulnerable, un bebe. Cuando lo mató no murieron los otros miembros de la familia. Consiguieron atrapar a Blein y encerrarlo. Poco tiempo después, se descubrió porque su plan fue fallido. La madre del bebe ya estaba embarazada cuando se casó con un fundador, el pequeño no poseía sangre de los Light. Desde entonces no se ha sabido mucho de él, aparte de rumores de que ponía Radiactivos  a su disposición para robar objetos y materiales para conjuros que implicaban influencias demoniacas. Claro que nada de eso ha sido confirmado. Y si quiere algo a cambio de la libertad de Agata, sin duda es la Corona Ámbar, si poseyera esa corona, estaríamos acabados.

Lui intenta calmarnos, y parece que los consigue. Dice que si tuviéramos muchos problemas, de inmediato nos enviaría refuerzos de Buscadores más experimentados, o Arflys, que son los “guerreros” por así decirlo, de Starlight (que incluyen todas las especies, incluso alguna Cleric).

 Más tarde nos sentemos en el sofá de la sala principal. Estamos viendo un Reality sobre una tienda de Pasteles de fondant, es increíble las formas que pueden llegar a hacer.
Solo estamos nosotros en la sede, somos el único grupo que viene los viernes.

-Creo que voy a irme a mi habitación a terminar de ver el programa, aun podéis quedaros un rato despiertos, es pronto. Eso sí, comer algo. Y Ethan, por lo que has dicho antes, quizá no seáis profesionales, pero si los mejores, confío en vosotros para esta misión, sé que la llevareis a cabo con éxito.

Sin decir nada más, se levanta del sofá, se alisa la camisa del pijama con las manos, y desaparece por las escaleras. Jamie decide ir a por unas pizzas, Ethan y Stanley se apuntan a ir con él, yo estoy demasiado cansada así que decido quedarme, claro que tomo esa decisión después de recordar que me quedo a solas con Alexander.

«Perfecto» pienso. Quedarme a solas con él me aterra, teniendo en cuenta esa mirada de la clase de matemáticas que aún no le sé asociar un significado.

Estamos los dos sentados cada uno a un extremo del sofá.  La tarta que están haciendo en este episodio es en forma de guitarra, una guitarra eléctrica de tamaño real, en un rojo chillón, que me resulta desagradable a la vista.

Después de un rato de incómodo silencio, él se mueve al asiento de mi derecha, me estremezco al notar que está tan cerca, huele tan bien como esta mañana, un olor dulce pero masculino, no sabría describirlo.

Vuelve la cara hacia la mía.

-Cuando te vi la primera vez ya sabía que no eras Hurzel, se te nota en el brillo de los ojos, ¿sabes?

-Hoy en clase me ha parecido que me observabas, - es lo único que se me ocurre contestar, vaya estupidez.- no obstante cuando me he girado para comprobarlo atendías a clase.

-Pues sí que te he estado observando, pero al darme cuenta de que lo sabias he tenido que disimular. Aunque lo tuyo es más parecido a comerme con la mirada, no te culpo, soy irresistible.

-¿Qué? No te he mirado en toda la clase.

-Venga ya, no mientas, he notado tu nerviosismo cuando em he ido a sentar a tu lado.- su tono es totalmente despreocupado.

- Eso tampoco es cierto, oye, deja ya de montarte historias.-replico, pero sin querer me sale una sonrisa al hacerlo, como si me divirtiera la discusión. Inmediatamente sonríe él también, no estoy molesta para nada, incluso diría que su presencia me resulta agradable. Nadie dice nada, Alexander se queda mirándome a los ojos, yo miro los suyos.

Se me cae un mechón de pelo en la cara, él me lo recoge detrás de la oreja. «Lea, prefiero que me llames Alex. » Me susurra con un tono dulce. Asiento, y casi como un impulso me acerco más a él, hasta el punto en que las puntas de nuestras narices se tocan, le rodeo con los brazos el cuello, Alex me rodea con los suyos la espalada y me acerca más a él, justo cuando nuestros labios están a punto de rozarse, y…

-PIZZA DE CUATRO QUESOS, ¿TENEIS HAMBRE?

Ese es Jamie, que entra gritando, Ethan le sigue con 3 cajas de pizza, detrás va Stanley, que cierra la puerta sin hacer ruido detrás de él.  Lo que me faltaba, siempre tan oportunos.

Alex y yo nos separamos de golpe. Fingimos que estamos mirando la televisión, sin hablar.

-Veo que no os avenís mucho.-dice Stanley y se sienta justo entre los dos.

-En realidad, antes de que llegarais estábamos a punto de besarnos; y estamos pensando en casarnos en un futuro, tener hijos pelirrojos con ojos azules, y ser felices en una cabaña perdida en los Bosques de Renos.

No puedo evitar sentir vergüenza. Stanley parece que se lo toma como una broma, ciertamente todo lo es menos la primera parte.

-En ese caso.

Aparece Jamie con cinco latas de Soda, y poco después Ethan con las cajas de pizza y servilletas. 

Ambos dejan lo que llevan en la mesita de cristal que hay delante del sofá. Stanley abre una de las cajas y agarra un trozo de pizza, los demás hacemos lo mismo, cada uno nos hacemos con una Soda, y cenamos mientras vemos la tele.

Cuando terminamos, entre todos limpiamos la mesa, Ethan apaga la televisión.

-Será mejor que nos vayamos ya a dormir, tengo puesto el despertador a las cuatro menos diez de la mañana, para que podamos preparar todo, y estar en el sótano a las cuatro y media.-anuncia Jamie.

-Alex no tiene ninguna habitación asignada aún.

-¿Alex?-ese es Stanley.

-Sí, es así como me acostumbran a llamar.

-A claro, de Alexander, Alex. Tiene sentido.

-Ethan, en tu cuarto sobra una cama, que duerma allí por ahora.-sugiere Jamie.

Subimos, y cada uno entra a sus cuartos correspondientes.

Estoy a punto de meterme en la cama, y pican a la puerta. Antes de poder contestar entra Stanley, y se queda al principio de la habitación. Me siento en el colchón.

-No hace falta que te quedes ahí, ven.-le hago un gesto para que se siente a mi lado.
Se acerca a la cama y se sienta, parece un poco nervioso.

-He venido porque pareces distante desde que te he dicho lo de que hueles a Cupcake, y no entiendo porque.

-No tiene importancia, es una tontería, tranquilo.

-Claro que es una tontería, eso ya lo sabía.

- Stanley, es tarde.

-Vale, buenas noches.

-Buenas noches.

Antes de acostarme voy al armario a por mí espada y compruebo si está cargada. Lo está, y en esta ocasión con gemas rojas, y un poderoso conjuro elaborado con Luz de Estrellas que sirve para dar fuerza a los golpes que de la espada, soltando un rayo de luz en cada movimiento, que dificulta la vista al enemigo.

En mi habitación de la sede tengo mi ropa para las misiones, normalmente marrón, verde pistacho, o negra. Es muy parecida a la ropa del ejército, solo que más moderna, con más estilo. Pantalones más apretados, camisetas de tirantes debajo de las chaquetas, y la mayoría de veces botas estilo militar. Por supuesto nada de ese estampado a manchas que siempre usan los marines. Cada uno llevamos una mochila con provisiones, un botiquín, y nos repartimos las cosas para acampar. La espada la llevamos en un cinturón- molesta bastante hasta que te acostumbras, teniendo en cuenta que es una espada de medio metro más o menos- , donde también llevamos otras artilugios, como puñales o rastreadores de magia.

Me decido por llevar una camiseta de tirantes negra, una cazadora verde, y unos pantalones del mismo color con una buena cantidad de bolsillos, que sin duda llenaré.

Cuando tengo todo preparado, me acuesto, no tardo nada en dormirme.  

domingo, 1 de septiembre de 2013

Dos

Dos

-Y así es como tenéis que trazar las curvas, movimientos suaves y ágiles, para que os quede con más textura, más sentimiento,… ¿Comprendéis? No me digáis que no es asombroso lo apasionante que puede llegar a ser dibujar curvas, las emociones que puede transmitir una simple línea curva, las amo.

«Entendido, amas las curvas, te apasionan, las curvas transmiten muchas emociones, son asombrosas. » Pensé. Siempre está igual, la última clase se la pasó entera hablando de lo importante que es que los pelos de los pinceles estén sedosos y limpios, incluso comentó que ella les echa suavizante cuando los lava. A diferencia de mí, todo el resto de la clase estaba absorto en la explicación, incluso creo que la encontraban interesante. Tengo dos hipótesis a cerca del porqué de la locura de la señorita Spencer, la primera: le echa alguna sustancia alucinógena al café cada mañana. 

La segunda: simplemente esta pirada de serie. Esta última me parece la más normal, para que engañarnos.

La clase de hoy como ya habréis mínimamente intuido trata sobre curvas. La señorita Spencer nos manda hacer un esbozo con ceras pastel de un cuadro donde predominen las curvas y los colores vivos. Los esbozos no se me dan bien, lo mío es usar la pintura en el lienzo, me parece más libre, natural, con menos ataduras; en cambio en una hoja tus opciones son limitadas, es decir hay menos espacio, has de tener más cuidado ya que es un material más frágil y no me gusta. Punto.

Cuando apenas me quedan unos pocos trazos para acabar mi composición, me suena el móvil, es un mensaje de Jamie escrito con deficiencia de vocales, para variar.

«Lea tenms q star ants n la sde, s urgnte,  msion imprtnte, t pso a buscr en 5 mins, state n la prta d la scuela»

Qué manera tan brillante de expresarse, bueno, pero aun así se entiende bien. El caso es que quedan 30 minutos de clase,  mi esbozo está prácticamente acabado, tanto que ni siquiera se nota que no lo está del todo, y creo que sé la excusa perfecta para irme antes.

-Señorita Spencer, ya he acabado la composición, y… no me encuentro muy bien, tengo la sensación de que me va a venir… Usted sabe de lo que hablo, ¿verdad? – intento parecer lo más angustiada posible, y tonta de paso- Lo cierto es que no me gustaría que me pillara en medio de clase, ¿podría dejarme marchar antes?

-Bueno, si ya has terminado, y tan mal te encuentras puedes irte querida,-ella está sentada en su mesa, ordenando acuarelas. Señala un lado de su mesa donde hay una caja abierta con láminas ya acabadas- deja aquí la lámina.

Como puede ser tan empanada, ay, lo que hacen las drogas.

-Muchas gracias de verdad, hasta el martes. Que pase un buen fin de semana.

Ahora en la calle hace más frío que antes, bastante más, se me pone la piel de gallina. Serán las 5 o así, y como no, el coche de Jamie está aparcado en frente de la escuela, en su interior también están Stanley y Ethan. Sin pensarlo dos veces subo en él.

Noto un alivio solo subir, aquí no hace frío. Me siento detrás con Stanley, ya que Ethan me ha quitado mi puesto habitual de copiloto.

-¿Ya estamos todos, no? En marcha entonces. – Jamie parece nervioso, arranca el Saab. Deja un silencio antes de continuar de acabar la oración- No me han dicho mucho, pero por lo poco que sé, este fin de semana será duro. Mañana a las 4 tendremos que estar en pie, antes de que amanezca, y no volveremos hasta la noche del domingo.

-¿Antes de que salga el sol? ¿ESQUE VAMOS A STARLIGHT?

-Exactamente Lea, quiere decir justo eso, y no hace falta que grites, como si fuera la primera vez que vas.- añade Ethan.

-Ah, que vosotros ya lo sabíais, mira que bien.

-Se lo he explicado a los dos cuando veníamos de camino, tranquila, ya sabes que te lo cuento a ti todo primero, pero tenía prisa y los teclados táctiles no son lo mío, entiéndelo.

Se le dibuja en la cara una sonrisa burlona, cosa que me hace irritar aún más.

Jamie y Ethan van a lo suyo, conversan sobre las últimas tendencias en gemas, y los poderes que proporcionan, también comentan algo de la aldea de las Clerics. Mientras, Stanley me habla de lo interesante que se ha puesto Crónicas Vampíricas. Me gustan los vampiros, si te paras a pensar es un chollo serlo, vives enteramente, no engordas y no envejeces ni te cansas. Es una pena que no existan.

-Stanley, ¿podríamos hablar de otra cosa? El camino es un poco largo y me gustaría que fuera ameno también, no te ofendas.

-Em, vale, o sea que sí, hablemos de otra cosa, no me importa, pensaba que te gustaba el tema.- se ruboriza y le salen las palabras con cierto nerviosismo- Lo siento, error mío. 

-No pasa nada, perdón quizá me he pasado.- definitivamente, esta ofendido- Ey, Stanley, puedes seguir hablando de vampiros si quieres, no era mi intención ofenderte.

-No, de verdad, está todo bien.

Me siento fatal, no debería haberle dicho nada, no debería pagar mi mal humor con él. Le hacía ilusión explicarme esas cosas, me tendría que haber limitado a escucharle, Stanley siempre me escucha y nunca se queja. Se gira para mirar por la ventanilla, no dice nada más.

Pongo mi mano encima de la suya como auto reflejo, se da la vuelta hacia mí, pero no me aparta la mano.

-Qué quieres, no me gustaría aburrirte con mis temas poco amenos. ¿A demás, porque me pones tu mano encima de la mía?

-¿Y porque tú no me quitas la tuya de debajo de la mía?

-No sé.

-Creí que era un modo de decirte que no te enfadaras conmigo. Haces un mundo de todo, solo te he pedido un cambio de tema. Aunque en realidad me he pasado un poco, tu siempre me escuchas y…

Antes de que termine la frase pone su otra mano encima de la mía, y me mira directamente a los ojos.

-Lea, ya te he dicho que no pasa nada- me dedica una pequeña sonrisa que le cuesta de dibujar- Hace aire en la calle, ¿no? Tienes el pelo un poco despeinado.

La verdad esque cuando salí de la escuela hacia bastante aire.

-Sí. ¿Está muy muy despeinado?

-Bastante, vuelve la cabeza hacia tu ventanilla, que te peino un poco, pero no tengo peine.

-Vale, -suelto una débil carcajada que termino con una sonrisa. Ya vuelve a estar de buen humor se lo nota- me parece bien.

Aparta sus manos de la mía, y comienza a peinarme con los dedos, es una sensación agradable, son suaves. Noto un cosquilleo en la nuca, me peina con suavidad; intentando no darme tirones.

- Si te hago daño me lo dices, esque hay algunos enredos.

-Al contrario es como un masaje, me gusta.

-Sabes, hueles muy bien.

-¿Huelo bien?

Por alguna razón me ruborizo, aunque es igual, estoy de espaldas.

-Mucho, como a Cupcake de chocolate.

-Me encantan los Cupcakes.

-A mí me gustan más las chicas que huelen a Cupcake.

No respondo, será una broma, y en este tipo de situaciones no sé qué responder. De repente hace mucho calor, ¿no? Sí que lo hace, venga Jamie llega ya a la sede, esta situación es demasiado incomoda. No debería ser así, somos amigos, ya está, ha sido un comentario chistoso, desenfadado, para que me ría, Lea relájate. Pero en vez de relajarme y pasar del comentario me giro, mejor dicho me gira mi cuerpo en contra de mi voluntad, frente a frente con Stanley, parece que va a decir algo, cuando Jamie y Ethan dejan de hablar entre ellos.

-Pues ya estamos, vamos todos a bajo que hay mucho que hacer.- anuncia Jamie.

La sede destaca muchísimo entre los demás edificios. En plena Filadelfia una mansión medieval, bueno, diseño medieval para ser más exactos, ya que fue construida en 1910. Es la única sede de Pensilvania. En Estados Unidos no hay muchas, la mayoría están en Reino Unido, donde también está el portal original a Starlight. Cuando los habitantes de Starlight comenzaron a irse a esta dimensión se crearon las sedes, y con ellas obviamente portales para nunca perder la opción de volver, eso sí, con la misma condición que el portal original, si eres Hurzel no puedes atravesarlo.

Para entrar en la sede hace falta una llave un tanto especial. A todos los Buscadores al cumplir su primera misión, se les otorga un colgante con un cuarzo del color de sus ojos, como muestra de confianza, ya que ese cuarzo será la llave para entrar en la sede, pasándolo por delante de la mirilla de la puerta. Mi cuarzo es de color azul, de acuerdo con mis ojos. Recuerdo que mi primera misión fue encontrar un anillo de diamantes, que perteneció a la Cleric Nalath, fundadora de la aldea de Cornalina, que posee las Clerics más poderosas de Starlight. Se ve que un trasladado lo robó de la escuela mística de Cornalina (donde estaba expuesto en la sala de instrumentos poderosos) para intentar venderlo en el mundo Hurzel, cosa que no logró con éxito, ya que lo pillamos a tiempo, le quitamos el anillo, y lo devolvimos a la escuela. Creo que ese anillo es de las cosas más valiosas que existen, a parte de su valor Hurzel por el simple hecho de ser de diamantes, tiene el poder de conservar la juventud de quien lo lleve, Nalath, cuando creyó que ya había hecho suficiente para su aldea se lo quitó, su cuerpo no pudo resistir la retención de tantos años y murió. Ella misma lo creó con el propósito de poder vivir lo suficiente hasta construir una aldea poderosa y digna de reconocimiento. Lo consiguió.

Ethan pasa su cuarzo marrón por la mirilla, la puerta se abre, entra él primero y le seguimos los demás detrás.

-LUIIIIIIIIIIIIII, LUIIIIIIIII.

Baja por las escaleras un hombre de mediana edad, no muy alto, en pijama de seda color esmeralda y pantuflas a juego con detalles de purpurina. Es Lui. En realidad se llama Lapislázuli, pero le llamamos Lui para abreviar, y porque nos gusta más.

-James, te he dicho miles de veces que aquí dentro no chilles, da aura negativa.

-Y yo te he dicho miles de veces que no me llames James, soy Jamie a secas.
-Como quieras, Jamie a secas. Por cierto, tenéis un nuevo integrante en vuestro grupo, es un Sagitario, tiene 16 años.


  
Dirige su mirada hacia la puerta de la cocina que se está abriendo, de ella sale un joven con una botella de agua. 
- Chicos, os presento a Alexander.

viernes, 23 de agosto de 2013

Uno

Uno

Son las 7 de la mañana. Menos mal que es viernes y hoy ya me quedo a dormir en la sociedad.
Entro a las 8 al instituto, así que no tengo mucho tiempo, hace 5 minutos por lo menos que mi madre me está llamando para que vaya a desayunar, pero la verdad es que la ignoro bastante por las mañanas.

Me incorporo de la cama, me destapo, y salgo en dirección a la cocina todavía en pijama. No hace frio ni tampoco calor, estamos a principios de primavera. Cuando llego a la cocina veo a mi madre ya vestida y dispuesta a marcharse. Antes de salir de la cocina se para delante de mí.

-Por fin te has levantado. Vuelvo a la hora de siempre, no llegues tarde a pintura, ¿sí?

-Nunca llego tarde, tranquila mami.

-Hasta la noche entonces.- Dice con una sonrisa, y se marcha.

Le devuelvo la sonrisa.

Termino de desayunar en 10 minutos.

Me voy al baño. Me ducho rápidamente, al salir me seco el pelo con el secador, de manera que me quede liso, normalmente lo tengo bastante liso, pero como bufado, hueco. Mi cabello es castaño claro, casi rubio oscuro, nada espectacular, en general no soy nada espectacular, ni muy alta ni muy baja, ni gorda ni delgada, del montón supongo.

Al secarme todo el cabello me apresuro a vestirme, no suelo parar mucha atención en lo que me pongo, camisetas de grupos de música es lo que más me gusta llevar, pantalones tejanos y deportivas.
Hoy me decido por una camiseta de Ed Sheeran, unos tejanos grises y deportivas negras.

Llaman al timbre, debe ser Jamie. Siempre me viene a buscar. Me ahorro el camino al instituto a pie, no es que este muy lejos, pero me gusta ir con él.

Me pongo la mochila, salgo de casa y bajo, vivo en un piso bastante alto, pero yo estoy en el segundo, así que bajo por las escaleras.

 Jamie está abajo esperándome. Me mira y me lanza una sonrisa de las suyas, a continuación yo le sonrió también, aunque un poco tímidamente, tenemos confianza pero siempre me pasa.

Salgo cerrando la puerta detrás de mí.

-¿Sabes qué? -Dice él con entusiasmo, apartándose un mechón de la cara.

-¿Qué?

-Estoy pensado en pedirle salir a Caroline, la de tu curso, es mona, ¿verdad?

-¿Supongo? - Que está diciendo, como le va a gustar Caroline, es tan tonta, además como le puede gustar alguien, no lo asimilo, se me suben un poco los colores, espero que no lo note.

-Parece simpática, además es rubia.-Dice remarcando la palabra rubia.

Ignoro su último comentario, no habla en serio.

Tiene un Saab descapotable negro, abre con un botón a distancia las puertas, entra. Yo siempre me pongo en el asiento del copiloto.

Arranca.

-Lo de Caroline era broma, que tonta eres.- Dice levantando la mirada del volante buscando la mía.

- Ya sé que era broma, y no es mona.- Digo quizás en un tono demasiado infantil.

El resto del trayecto estamos en silencio, pongo un Cd, Night Visions de Imagine Dragons, a ambos nos encanta. Sólo nos da tiempo a escuchar un par de canciones, el camino es corto. La primera del Cd es Radiactive, me recuerda vagamente a cuando estamos delante de un Radiactivo, y tenemos que usar nuestras espadas para combatirlo. No son como las espadas normales; las nuestras son casi del tamaño de su dueño, con un mango grueso que acostumbra a ser de plata pura, y la hoja originalmente es plateada, de acero, pero cuando se fusiona con gemas se ilumina del color de la gema, y es algo maravilloso, tendríais que verlo.

Llegamos al instituto, sale antes que yo y me abre la puerta, es una costumbre que tiene. Salgo y cierra la puerta detrás de mí.

Mi secundaria no es muy grande, solo tiene una planta, bastante extensa, pero solo una. Tenemos una piscina cerrada, es de uso exclusivo para el club de natación. Un gimnasio enorme, una cafetería, una biblioteca, lo normal.

Deben faltar unos 10 minutos escasos para las 8. Stanley y Ethan están sentados en unos bancos que hay al lado de la entrada principal, junto a más Armis, entre ellos esta Annie. Me cae mal, es odiosa, la odio, enserio no entiendo cómo pudo estar saliendo Jamie durante un año, es tan superficial, suelta veneno cada vez que abre la boca, claro que cuando le interesa es una chica encantadora. Está en la clase de Jamie, otra cosa que no me gusta nada. Creo que estuvieron juntos porque ella le manipulaba haciéndole creer que era buena. Una persona tan encantadora como Jamie es imposible que se sienta atraído por semejante víbora. Pero hay que tener en cuenta que es preciosa. Tiene los cabellos negros y largos, por la cintura más o menos, y completamente lisos, los ojos de color ámbar brillante, es alta y está en bastante buena forma.

Jamie y yo nos acercamos hasta donde están ellos, Annie ni me mira, va directamente a Jamie y comienza a hablarle, no oigo de qué, tampoco me importa.

Me acerco donde Stanley, está leyendo lo que parece un libro muy antiguo. Me siento sin hacer ruido a su lado, está muy concentrado leyendo, le doy un beso en la mejilla, se gira de repente.

-Lea.- Dice con una sonrisa de oreja a oreja.

-¿Que estás leyendo? Parece interesante.

 Entono con cierto sarcasmo  lo de “interesante”, en realidad pienso lo contrario, nunca he sido mucho de leer cosas antiguas o históricas, me gusta más la literatura juvenil fácil, cosas como Divergente o Cazadores de Sombras. Por alguna razón me siento identificada con Cazadores de Sombras, no sé, también son raritos como yo, sólo que lo suyo es ficticio, lo mío no.

-Sé que no te parece nada interesante, aunque en realidad si lo es, explica cosas sobre la luz de estrellas, sus poderes curativos en caso de infectarte por un Radiactivo, o como pueden hacerte rejuvenecer y cosas así.- Suelta de forma explicativa, como si se tratara de una clase de ciencias sociales.  

-Entiendo, ya me lo explicarás con más detalle, vamos entrando, ¿no?

-Bien, entremos.

Los demás aún se quedan un rato más, todos van a cursos superiores que nosotros. A primera hora tenemos matemáticas, soy muy negada en mates, no solo en mates, en general no es que sea una alumna ejemplar. Stanley acostumbra a sacar muy buena nota en todo, incluso en educación física, yo solo soy buena en eso y optativa de carpintería, veo un futuro brillante para mí sin duda.

Entramos a clase, estamos separados de uno en uno, me siento al final de todo, así puedo desconectar un poco, Stanley al principio, justo en medio.

El profesor esta sentado en su escritorio mucho antes de que entremos. Poco a poco va entrando la gente. Justo cuando la clase está a punto de comenzar entra una última persona.

-Tú debes de ser Alexander, pasa, siéntate donde encuentres sitio.-Le dedica una breve sonrisa forzada y añade mirando a la clase.- Chicos este es Alexander, llego hace poco desde Chicago, espero que le ayudéis a que tenga una fácil adaptación en el centro.

Mientras el profesor Wedlick dice eso, Alexander observa con atención la clase en busca de un asiento libre, la mayoría de chicas cotillean y se ríen entre ellas, siempre hace eso cuando ven a un chico guapo.

Parece que Alexander es mayor para este curso, supongo que debería ir a segundo,  16 diría que tiene.

Veo que los únicos asientos libres están atrás, en mi fila, ya que sólo estamos yo y otra chica. Alexander camina hacia el pupitre de mi derecha y se sienta.

Que bien huele.

La clase pasa con normalidad, aunque me siento observada, me giro un momento para comprobar si Alexander me está mirando, y nada, él está atendiendo a la clase, cosa que yo no hago.

Se da cuenta de que le he mirado. Gira la cabeza y me dedica una mirada, divertida, como retándome. 

Giro rápidamente la cara.

El resto de la hora pasa rápida, no paro de pensar en sus ojos, tan verdes. Su cara está perfectamente proporcionada, tiene el pelo rojizo pero no zanahoria, es algo más color burdeos. Tiene todos los rasgos de un Sagitario, aunque dudo que lo sea.

No me lo consigo quitar de la cabeza, y cuando suena el timbre es como si me despertara de un sueño profundo.

Me dirijo a la puerta sin mirarle, voy directa a Stanley y salimos juntos a la siguiente clase.

El día escolar pasa como cualquiera. Instintivamente evito sentarme al lado de Alexander en las clases, me da como vergüenza. 

Jamie me lleva a las clases de pintura después del instituto.

Cuando llegamos a la escuela me bajo del coche, y me despido de Jamie.

Justo cuando voy a salir por la puerta me gira hacia él y…Me da el disco de Imagine Dragons que he puesto esta mañana.



Salgo del coche para asistir a mis clases de pintura.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Prólogo

Prólogo

A veces me cansa levantarme el sábado tan pronto, pero es que es el único día que tengo libre al completo, es el día de comenzar misiones. Durante la semana voy al instituto, y por la tarde hago clases de pintura, después apenas tengo tiempo para hacer los deberes.  Si soy sincera, la pintura no me gusta una mierda,  a mi madre le encanta, no me gusta decepcionarla, bastante tiene con lo suyo, además nunca le he dicho que no me guste.

Lo que realmente me gusta es ir los fines de semanas a buscar tesoros;  pensareis que es raro, vale, si, es raro y mucho, ni siquiera sé cómo me metí en ello, es una larga historia pero, en fin, una vez que estas dentro de la sociedad de “Los buscadores” es difícil salir.

Ni siquiera me pagan, bueno, a veces me dejan quedarme con algún tesoro que no tiene mucho valor ni dueño, pero normalmente las piezas que conseguimos las devolvemos a su sitio de origen, donde deben estar, con los dueños originales o sus descendientes.

No os confundáis, no buscamos cosas como cuadros, esculturas o joyas de gran valor, en realidad buscamos en la primera y la otra dimensión; en la otra dimensión no es como en esta, no viven Hurzels  para comenzar, principalmente viven Brujos y Clerics (parecidas a las hadas, tienen poderes de la tierra, de curación y tal, pero no tiene alas ni nada de eso, en realidad tienen aspecto humano, lo único que carecen bastante de melanina debido a que su magia la absorbe para ser más fuerte, por esa razón tienen el pelo casi blanco y son tan pálidas.)

La raza más parecida a los Hurzels  que la habitan, son los Armis (palabra en latín que quiere decir espadachín, ya que son un cruce entre hechiceros y humanos con una habilidad excepcional del uso de la espada -la combinan con gemas mágicas y pociones,  lo que hace que al luchar con ellas puedan lanzar hechizos) y los Sagitarios (palabra en latín que quiere decir arquero, los Sagitarios son arqueros excelentes que lanzan hechizos con sus flechas, al igual que los Armis con las espadas. Su magia es debida a los elementos, por eso se cree que son antepasados de las Clerics, su terrible falta de melanina también apunta a ello).

Antiguamente todas las razas convivían en la primera dimensión con los Hurzels (que es como nos referimos a los humanos), pero había demasiadas diferencias, y se fueron escondiendo, hasta parecer extinguidas a ojos de los humanos. Alrededor del 1850, Starus Light descubrió esta dimensión, y como acceder fácilmente a ella a través de un portal que él mismo creo, era un Brujo. Selló un hechizo para que los Hurzels no pudieran entrar nunca en la nueva dimensión. Corrió la voz para que todas las criaturas no humanas se trasladaran lo antes posible, no dudaron en hacerlo, y así se formó Starlight.

Starlight quiere decir luz de estrella en inglés, y a la vez hace honor a Starus Light, que evidentemente era inglés. La luz de estrella es muy apreciada allí,  las Clerics usan sus poderes para recoger una pequeña dosis y enfrascarla, cuando hay luna llena la esparcen en una flor de cardo llamada Naila  que solo florece en esas fechas, y con ayuda de un hechizo complejo nace una Cleric, hay que saber que el hechizo puede costar la vida de quien lo lleva a cabo, pero las Clerics son necesarias para que la naturaleza se mantenga en orden.

Ahora mismo Starlight es como una primera dimensión, pero con magia y sin humanos;  tampoco hay las esas últimas tecnologías como en Japón o USA, tampoco se usan. La verdad es como medieval y años ochenta todo mezclado,  con un toque mágico y rústico.  Eso sí las ropas y la comida son completamente diferentes, no sabría describirlas, son espectaculares.

En el trascurso del tiempo una pequeño porcentaje se han ido a la dimensión que todos conocemos, la primera para así decirla, principalmente Armis y Sagitarios, la razón la desconozco, quizás anhelaban la vida Hurzel.  Los llaman trasladados, y algunos se dedican a ser Buscadores.

Los Buscadores son antiguos habitantes de Starlight, buscan tesoros y reliquias que han sido perdidas en la primera dimensión, o dentro de Starlight mismo. Suelen hacer esa tarea porque creen que deben algo a su tierra de origen, y que así no dejaran de formar parte de ella de alguna manera. Ningún trasladado es Buscador como oficio a tiempo completo, ya que no es un trabajo pagado, acostumbran a tener oficios corrientes como cualquier Hurzel.

No es que una vez salgas de Starlight no puedas volver, se puede, pero no es habitual, los únicos trasladados que frecuentan allí son los Buscadores, y solo para las misiones que requieren ir.

Pero volvamos de nuevo a mí. Vivo con mi madre, no tengo padre, no es que haya muerto ni nada trágico, simplemente soy adoptada. Hace 2 años, cuando me encontró la sociedad de Buscadores, descubrí quienes eran mis padres biológicos, eran trasladados, Armis, y Buscadores.

Mis padres tuvieron que darme en adopción, porque eran demasiado jóvenes, y no querían hijos en ese momento, podrían haberme dejado con alguna familia trasladada, pero no les gustaba la idea de que su hija naciera involucrada en el mundo de la magia, ellos adoraban el estilo de vida de los Hurzel, lo veían más seguro, más feliz.

La razón por la que la sociedad de Buscadores me quiso reclutar, fue porque escaseaban y además creían que me merecía saber mis orígenes. Todos los Armis tienen un sexto sentido para localizarse entre ellos, además en los archivos de la sociedad tienen todos los datos de los Buscadores que hay o ha habido alguna vez y sus descendientes, así que fue fácil encontrarme.

Al principio como es obvio no me creía nada, y pensaba que querían secuestrarme o algo por el estilo, yo tenía la edad de 12 años, un día saliendo de la escuela un hombre me paro,  después de examinarme de arriba abajo, y comprobar que era la persona que buscaba, me explico todo lo de mis padres, él era un enviado de la sociedad de Buscadores, para verificar su historia, me llevo a la sede de los Buscadores de Pensilvania, se ve que hay sedes por todo el mundo, exceptuando los países asiáticos, porque  allí solo han existido Hurzels.

Es una antigua mansión medieval preciosa, por dentro es más moderna, tampoco es muy grande para ser una sede, pero a mí me gusta, tiene un comedor, una cocina, una sala de estar, una de reunión, otra de exposiciones, tres lavabos y unas cuantas habitaciones, para Buscadores que están de paso o sin residencia.

Una vez allí me presentaron a los miembros de la sociedad, y me enseñaron mis documentos, la verdad es que no tardé en créeles, cosa que les sorprendió bastante.

Me dieron la terrible noticia de que no había rastro de mis padres desde mi nacimiento, ni siquiera podían rastrearlos con el sentido Armi, peor no aseguraban su muerte. Para mí que se escabulleron de sus obligaciones, adoptaron una vida humana normal y ahora tienen una preciosa familia, pensar eso me hace feliz, yo no cambiaría mi vida por nada, me encanta mi madre adoptiva, para mí es como si fuera la biológica, me encanta ir los fines de semana a cazar tesoros, y los domingos por la tarde al acabar las misiones, tomar chocolate desecho con los demás Buscadores.

Loa Buscadores estamos divididos por edades en tres grandes grupos: de 12-18 años, de 18-25 años, y de 25- 45 años, que es la edad de retirarse, y pasar a ser administrador, mediador, o jefe, depende de cómo haya sido tu vida de Buscador, si has sido de los más destacados o de los más inútiles.

Después de esos grandes grupos, están unos más pequeños para las misiones, que se forman dependiendo de tus habilidades, en la sede de Pensilvania solo hay Armis, así que tienen en cuenta nuestra facilidad de manejo de la espada, la rapideza de nuestros reflejos, la potencia de nuestros hechizos y sobretodo nuestra inteligencia. Pensaréis que no necesitamos todo eso para buscar tesoros, pues, en nuestras misiones intervienen muchas cosas, con cosas me refiero a Radiactivos, que son una especie de monstro con fuerza sobrenatural y con saliva venenosa, que normalmente es dirigido por gente que no quiere que el tesoro que buscamos sea encontrado, suele ser gente que quiere el desorden completo de amabas dimensiones.

Hay tesoros, que poseen semejante magia, que podría hacer que todos nos convirtiéramos en Radiactivos, o tienen el poder de controlar a los humanos y hacerles actuar contra su voluntad, o simplemente pueden matar a mucha gente con un uso sencillo de ellos.

Estos objetos fueron creados por Brujos Oscuros, que vienen buscando desde el principio la extinción de los Hurzel, incluso algunos creen que la única raza pura son ellos, y desean quedarse solos con las dos dimensiones. Vamos que quieren matarnos a todos, y para que nada de eso ocurra buscamos los tesoros peligrosos y los ponemos a salvo, también buscamos cosas de mucho valor pero que no son peligrosas, en mi grupo, por ejemplo, como somos jóvenes, es lo que más buscamos, cosas que no ponen en peligro nuestra vida, aunque de uno que otro Radiactivo es difícil librarse, siempre hay alguien que quiere encontrar tesoros para beneficio propio, y manda a esos desdichados monstruos en su busca.

Como iba diciendo, para las misiones estamos en pequeños grupos, en el mío somos 4, normalmente los grupos son de 4-6 personas, sólo somos 4 porque somos bastante buenos, y siendo los que somos funcionamos bien. Me gusta mi grupo, soy la única chica, lo que no es habitual porque siempre intentan poner mitad de chicos y mitad de chicas, pero como para cuadrar los grupos tenía que ser así, me preguntaron si me importaba y obviamente dije que no, para ser sincera no me caen muy bien las chicas en general, no es que trate mucho con ellas, normalmente siempre voy con los chicos de mi grupo, ya que coincidimos en el mismo instituto.

Stanley va a mi clase, Ethan es un curso mayor, y Jamie dos.

Con quien tengo más relación es sin duda con Jamie, es carismático, divertido, inteligente, sensible…Nunca te cansas de estar con él, me saca algo así como un palmo o más, debe medir casi metro ochenta, yo no llego al metro setenta por bastante. Tiene el cabello castaño y ondulado, ojos azules, un azul muy muy muy azul, es delgado pero no exageradamente, en realidad tiene músculos, pero no está inflado, para nada.

En cambio Stanley está más chupailllo, pero sin estar muy delgado,  tiene el cabello rizado y rubio, sus ojos son color miel, y tiene pequitas por toda la cara, le quedan muy bien en realidad, debe medir igual que yo más o menos, es la felicidad en persona, siempre te saca una sonrisa.

Ethan, es más alto que yo, pero menos que Jamie, sus cabellos son negro carbón, y sus ojos marrones, del montón, eso sí, tiene las pestañas larguísimas. Su cuerpo es similar al de Jamie, solo que él está lleno de tatuajes. Es un poco borde a veces, pero en realidad es un encanto.

También es que yo siempre veo a todo el mundo con buenos ojos, no sé, no creo que haya mucha gente mala de verdad, eso es todo. A veces creo que soy demasiado positiva o que hablo mucho, pero es que tengo tanto que contar que no me callo ni debajo del agua, Jamie siempre me dice que es de las cosas que más le gustan de mí.

En mi instituto la mayoría de las chicas son bastante pijas, normal en la parte de Pensilvania que estamos, es un sitio de gente con dinero. Mi madre es profesora en una importante escuela de teatro de la zona, nunca me he interesado por el teatro, a ella no le importa que no quiera ser actriz, tampoco sabe nada de mis orígenes, en la agencia de adopciones le dijeron que era hija de una madre adolescente que no quería revelar su identidad. Seguro que los Armis hicieron algún conjuro a la de la agencia para meterle esa mierda en la cabeza.

No soy pija, me gusta ir bien, sí, pero no hablo como una niña mimada, ni voy siempre presumiendo de mi ropa, ellas sí. Las pijas no tienen nada conmigo, ni me molestan ni me hablan, incluso alguna vez me han invitado a alguna fiesta de las suyas. También hay gente normal, claro, es con la que iba en el colegio, cuando aún no sabía que era lo que soy, nos distanciamos de una manera brutal cuando me dieron la noticia, demasiado, ahora solo nos saludamos formalmente cuando pasan por mi lado, nada más.

Da la casualidad que en mi instituto hay bastantes Armis, tanto chicos como chicas, y acostumbramos a hacer grupo entre nosotros. La  gente no nos etiqueta como “Armis” ni nada por el estilo, creen que somos “guays” cosa que no entiendo, pero también es mi primer año en la secundaria así que normal que no entienda algunas cosas. Y sin comerlo ni beberlo somos un grupo popular. Nuestra raza siempre ha tenido encanto natural, y ese brillo en los ojos, quizás por eso gustamos a la gente. Ni idea.